martes, 13 de diciembre de 2016


Para todos vosotros, que la renovación que significaba el solsticio de invierno de donde surge nuestro árbol se produzca en todos y la felicidad y la alegría perdure durante toda vuestra vida. Os deseamos ¡Felices fiestas! con este cuento escrito por Nizar.
Hace muchísimos años, en las tierras del norte de Europa, vivía un niño que, desde que era bebé, le divertía ver como los mayores, cuando llegaba finales de diciembre, adornaban los árboles. A él le gustaba pero no sabía por qué lo hacían. Aquel año se decidió a preguntárselo a su padre.
- Papá ¿por qué adornáis los árboles? A mí me divierte, pero también están muy bonitos así, porque no se le caen las hojas como a otros.
- Lo hacemos porque los árboles representan el Universo donde están todos los reinos. En la parte superior ponemos ese adorno que representa al dios del Sol, que nos da la luz, y de la fertilidad. Nos da calor y hace que crezcan los frutos y los vegetales que comemos. A continuación está el reino de los elfos que son unos seres buenos que ponen en contacto a los hombres con el reino del cielo, por eso ponemos esas figuritas de hombres mayores que lo saben todo. Debajo de ese reino está el de los hombres, o sea el nuestro, que representamos con esas bolas de distintos colores pues cada persona es distinta de las demás. Esos bastones largos representan al reino de los gigantes, que como son tan grandes que no caben en el árbol y que son los conocimientos que aprendemos para vivir.
- ¡Qué bonita historia! ¡Ahora aún me gusta más preparar el árbol que representa el universo.

 Nizar M. Velasco

No hay comentarios:

Publicar un comentario